jueves, 19 de septiembre de 2013

LOS WONG EN EL BANQUILLO

Ideele Revista: Número 232
Secciones : Actualidad
(Foto: La República)
El caso Andahuasi sigue causando estragos. Las nuevas bajas en la guerra del azúcar han sido el director de la Revista Vela Verde Pablo O’Brien y el periodista Pablo Camacho, autores de una nota en la que daban cuenta de la presión de los Wong en el Poder Judicial. Los colegas de Vela Verde (con quienes nos solidarizamos) han denunciadoque les hicieron cambiar la carátula y quisieron prohibir que el reportaje se publique. El silencio de los demás medios sobre esta censura es ostensible. En este reportaje explicamos los pormenores del juicio que viene afrontando uno de los principales grupos económicos del país.
Hasta hace algunas semanas el desalojo de Andahuasi parecía irreversible. El Poder Judicial había dado luz verde para que el Grupo Wong pase a controlar la codiciada fábrica de azúcar, y solo faltaba que la policía cuadre su cronograma. Lo que en realidad esperaban era  una decisión política que nunca llegó. Desde palacio debieron haber evaluado la inconveniencia de sumar un conflicto social más a la retahíla  que tiene. Lo que llegó, en cambio, fue algo inesperado e inédito para el afortunado grupo económico.
El problema de Andahuasi es significativo para el presente régimen desde  distintos flancos: la elección del congresista Wilder Ruiz, la base social  de esa parte del país y el almuerzo en las Brujas de Cachiche.
 Wilder Ruiz, actual congresista de Gana Perú, ha sido durante mucho tiempo el portavoz de los trabajadores de la azucarera Andahuasi  y uno de sus principales dirigentes. Pero, al mismo tiempo, también se convirtió en uno de los hilos más frágiles de su argumentación. Ruiz tiene diversos cuestionamientos: datos falsos dentro de su hoja de vida, la relación que mantuvo con el Grupo Bustamante- otro de los grandes pretendientes de la azucarera- y  las últimas acusaciones- que aún no han sido suficientemente fundamentadas- de relación con el narcotráfico que ha lanzado el analista Jaime Antezana.
La gente del lugar había votado mayoritariamente por Ollanta Humala en las elecciones generales. En parte por la garantía que les inspiraba que Ruiz llegue al Congreso para velar por sus intereses, como por la diferencia que creían ver en esta administración en comparación con la del gobierno aprista. Los andahuasinos  creyeron que la victoria  de Ollanta Humala implicaba  el triunfo de sus demandas.
Se equivocaron.  La cena del, hasta entonces,  vicepresidente Omar Chehade en el restaurante Las Brujas de Cachiche terminó de sopetón con el idilio original. El pueblo del norte chico se sintió defraudado con una gestión a la que habían apostado todas sus fichas.
 Si bien la investigación periodística sacó a la luz el contubernio que parecía estar armando el vicepresidente a favor del grupo Wong y logró impedir el desalojo, el tiempo fue aquietando las aguas; y cuando ya el tema parecía olvidado a inicios de este año el desalojo apareció nuevamente como perentorio. Hasta que las cavilaciones palaciegas alentadas con el creciente sinsabor de sus electores pusieron luz roja al desahucio. 
Pero nadie imaginaba, en ese entonces, que la torta podía voltearse en un par de meses por el lado menos imaginado: el Poder Judicial. Ahí  las denuncias  siguieron su curso hasta llegar a un desenlace ansiado para algunos e imprevisto para otros.
La Quinta Fiscalía ha formulado  la  denuncia contra un grupo de personas vinculadas  a una estafa contra los trabajadores de Andahuasi. Encabezando esta lista se encuentran Erasmo y Eduardo Wong.
El grupo Wong alega ser propietario de más del 50% de acciones de Andahuasi. La operación de compra y venta fue cuestionada por los trabajadores de Andahuasi quienes argumentaron que se les había estafado: las dos personas que hicieron la transacción a nombre de Andahuasi no habrían contado con el poder para hacerlo. 
El 9 de julio del año 2012  la Fiscalía había resulto no formalizar denuncia penal  contra  los hermanos Erasmo y Eduardo Wong,  ni contra sus socios Eduardo Núñez y Carlos Rivas, ex funcionarios de Andahuasi y  acusados por los trabajadores de haber vendido las acciones a espalda de ellos. Sin embargo, un año después,  la misma fiscalía decidió atender la queja presentada por Wilder Ruiz y por David Jiménez. Al primero ya lo hemos presentado, el congresista nacionalista y también accionista de Andahuasi y el segundo ligado, más bien, al otro grupo económico que está tras el dulce botín: el grupo Bustamante.
 La historia entonces empieza a invertirse y por primera vez, después de tantas idas y venidas de este inacabable litigio, los hermanos Wong estarán en el banquillo respondiendo por una serie de irregularidades en los que la justicia determinará su grado de responsabilidad.
La historia entonces empieza a invertirse y por primera vez, después de tantas idas y venidas de este inacabable litigio, los hermanos Wong estarán en el banquillo respondiendo por una serie de irregularidades en los que la justicia determinará su grado de responsabilidad.
La fiscalía ha admitido, y tendrá que resolver, la  denuncia de la venta ilegal de 49 millones de acciones de Industrial Andahuasi por parte de Eduardo Nuñez y Carlos Rivas a   la empresa Rio Pativilca de propiedad de Erasmo y  Eduardo Wong. 
“Los denunciados representantes de Industrial Andahuasi  Nuñez Cámara y Rivas Urteaga, pretendieron llevar a cabo una junta General de Accionistas  de carácter universal con fecha  24 de abril del 2009 , para la autorización de la transferencia de acciones, sin embargo esta no fue convocada conforme a la declaración jurada  de Pablo Espinoza Valderrama; más aún, si con fecha  11 de mayo del 2009 pretendieron llevar a cabo otra junta de accionistas  con el fin de ratificar el supuesto acuerdo , la misma que fue tachada por el registrador publico de Huacho... Así mismo se les imputa a los denunciados Erasmo  Jesus Rolando Wong Lu Vega y Eduardo Javier Pedro Wong Lu Vega propietarios de la Empresa Rio Pativilca  haberse coludido con los denunciados Nuñez cámara y Rivas Urtega para adquirir la cantidad de 49’ 422,473 acciones…” (Queja N° 154 – 2012 5° Fiscalía Superior Penal de Lima).
 El documento de la fiscalía abunda en detalles de la supuesta estafa realizada por Núñez y Rivas en asociación con los hermanos Wong. Hacen mención de las comunicaciones que mantuvo Nuñez con los Wong para poder negociar un buen precio en la venta de las acciones  y en donde se expresa la desesperación por concretar lo más pronto posible una operación para la  que nunca estuvo autorizado. El representante legal de Río Pativilca, Antonio Palacios, también implicado en este caso, ha negado de manera persistente la autenticidad de estos documentos.
 La Quinta Fiscalía que preside el Fiscal Pablo Ignacio Livia, ha considerado que existen indicios suficientes de estafa y de fraude. Su resolución es contundente: dice que los hermanos Wong junto con Núñez y Rivas “alteraron la verdad intencionalmente con medio fraudulento, declaraciones falsas y otros, en perjuicio de la empresa azucarera Andahuasi S.A.A induciendo a error a los accionistas de la empresa agraviada”. 
  A pesar de estos hechos la solución del caso Andahuasi está aún muy lejos, y la justica que reclaman sus trabajadores tiene demasiadas cortapisas. Si bien por un lado avanza, ya que es importante que en un país en el que se nos ha acostumbrado a que los grupos de poder económico salgan incólumes de los litigios, se investigue a una de las familias más poderosas del país; por otro lado están ocurriendo hechos que hacen sospechar  que la balanza de la justicia se seguirá inclinando para el lado de siempre.
 El  Fiscal Quiroz Grosso  está pidiendo que el Poder Judicial archive este caso. Lo curioso del asunto es que lo hace el mismo funcionario que denunció el 16 de julio del año pasado  (Expediente 4360-2012)  los delitos de fraude procesal y falsedad ideológica, en el manejo de la demanda civil contra Andahuasi. ¿Cuáles serán  las razones que han pesado  para el cambio de opinión del fiscal Quiroz?
 No es la única paradoja. El otro dato curioso es que lo presenta a un Poder Judicial presidido por el doctor Enrique Mendoza, quien fue presidente de la OCMA y durante su gestión investigó personalmente  las turbias relaciones que se estaban tejiendo en el caso Andahuasi. Mendoza viajó a Lambayeque y descubrió (Investigación  12403-2011), el redireccionamiento del expediente hacia un juzgado especial y  el allanamiento indebido  del ex gerente de Andahuasi, Carlos Alfonso Rivas Urteaga ante su demandante y a la vez abogado defensor, Antonio Palacios Tejada, gerente legal del grupo Wong .
 Tampoco es la única maniobra que están barajando los Wong. Hace unos días se suspendió el descerraje que se pretendía hacer a la fábrica. Esta acción consistía en entregarle las llaves a Carlos Rivas, ya que la labor del administrador judicial Cesar Chavesta ha  concluido. Lo absurdo de esta medida  es que se basa en una demanda que hicieron los trabajadores dos años atrás contra el administrador porque no les pagaban. Pero el conflicto ya fue solucionado. Si el descerraje se llegase a concretar (algo que los trabajadores-accionistas piensan impedir por todos los medios) se estaría usando un conflicto laboral para resolver un asunto patrimonial, ya que Carlos Rivas está involucrado en la venta de las acciones al Grupo Wong.
                                                                                    ***
 A la justicia se le suele dibujar como una mujer con los ojos vendados y una balanza.  La metáfora  alude a la independencia que ejerce en base a principios, no importa cuán poderosos sean los demandantes y los demandados. Los suspicaces se preguntan ¿quién le ha tapado los ojos a la señorita?


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