sábado, 9 de agosto de 2014

Cómo crecer al 8% anualmente?

Cómo crecer al 8% anualmente?

Ideele Revista Nº 241
Germán Alarco Profesor e Investigador de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico
(Foto: Diario16)
Normalmente a los críticos del actual modelo y gestión económica se les acusa de ser enemigos del crecimiento económico. Están totalmente equivocados, ya que una mayoría insiste en que la economía debe seguir creciendo, pero en armonía con el medio ambiente, con la sociedad y para un horizonte de largo plazo. Negar las virtudes del crecimiento económico sería ignorar su impacto positivo en la generación de empleo e ingresos para toda la población y en todo un conjunto de otras variables económicas. Asimismo, alcanzar progresivamente mayores niveles de ingreso sostenible, armonioso y más equitativo puede lograrse más fácilmente en momentos en que la economía crece más respecto de otras circunstancias en que crece menos, en épocas de estancamiento o crisis.
El ideal de crecer mejor es una pretensión universal y que encuentra espacio en las teorías sobre la libertad, el desarrollo humano y la sostenibilidad. No es un objetivo localista, aunque en cada momento y lugar se establecen denominaciones y variantes asociadas a un conjunto de enfoques, historia y correlaciones particulares. En el Perú es necesario retomar el esfuerzo de integrar una visión articulada de país con la de las diferentes regiones que lo conforman. A diferencia de algunas economías desarrolladas que no lo necesitan, aquí parece más claro que se requiere de un proyecto nacional explícito, que partiendo de la realidad transparente nuestras vocaciones y destino. Desafortunadamente, el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) creado para coadyuvar a esta perspectiva no juega rol alguno en este gobierno.
La estrategia económica actual que enfatiza en la extracción de materias primas, la construcción y los servicios no parece conducir a buen puerto. La economía cada vez crece menos respecto de lo ocurrido años atrás. Las autoridades han reconocido el problema con mucha tardanza. Su diagnóstico y las recomendaciones de política están desenfocadas, respondiendo a los intereses de los grupos de poder económico y mediático. La desaceleración se resuelve, según ellos, con menos tramitología, menos regulación ambiental y reduciendo costos laborales.
Estos grupos obtuvieron en 2013 muchas ventajas, incluyendo una nueva ley de expropiación anticonstitucional. Ahora se procesan otras medidas a su favor y siguen insistiendo en más desregulación. El gobierno está en definitiva capturado y acorralado por éstos, aunque carece de una visión integradora y homogénea. Dentro de este se habla de la diversificación productiva (en realidad exportadora) pero el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) insiste en la vieja estrategia de crecer con base a los sectores extractivos y a las asociaciones públicas privadas (APPs). A pesar de todo lo anterior, las nuevas medidas económicas al igual que las anteriores serían entre inútiles o marginales para resolver el problema de desaceleración que enfrenta la economía peruana.
Estrategia agotada
Con independencia de si nos referimos al crecimiento del PBI con base 1994 o 2007 la economía crece menos desde 2010 a la fecha. Entre 8.5% y 9% anual al inicio de ese periodo hemos pasado al 4% anual en el primer trimestre del 2014. El crecimiento está a la mitad de antes. Para el cierre del año, tanto el MEF como el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), han reducido sus proyecciones hasta ubicarlas en 5.5%. El Banco Mundial, en su último reporte de junio, proyecta un crecimiento del 4% para la economía peruana mientras que otro banco de inversión internacional señala una tasa del 4.2%, por debajo de nuestras proyecciones de alrededor del 4.4% en abril de este año.
La primera explicación de este menor crecimiento se encuentra en el desempeño negativo del sector externo. En los primeros cuatro meses del año la balanza comercial fue deficitaria. Las exportaciones en dólares corrientes han caído hasta abril en 10.9% y las importaciones en 1.6% con respecto al mismo periodo del año anterior. En términos reales, las exportaciones son similares a las del mismo periodo de 2013 reflejando que la caída en la demanda viene desde afuera por menores precios internacionales. En mayo se agravó la caída incluyendo a un segmento de las exportaciones no tradicionales. Si bien ahora las importaciones decrecen, antes hubo una importante filtración de demanda interna hacia el exterior cuando las importaciones reales aumentaron 24% en 2010 y tuvieron tasas muy superiores al crecimiento del PBI en 2011 y 2012 de 9.8% y 10.4% respectivamente.
La caída del tipo de cambio real como resultado de la política del BCRP es el origen de este fenómeno que también afecta negativamente a las exportaciones no tradicionales y a todos los productores nacionales que enfrentan la competencia externa. Asimismo, la reducción progresiva del programa de adquisición de bonos (tapering) de la Reserva Federal norteamericana (FED) es un factor que ha promovido la salida de capitales de corto plazo. La cuenta corriente de la balanza de pagos tuvo en el primer trimestre un déficit equivalente al 6% del PBI, mientras que el estándar internacional máximo es del 4%, financiado por la entrada de capitales de largo plazo y los errores y omisiones (2.3% del PBI) que corresponden a buena parte de los ingresos de la minería ilegal, el narcotráfico, la repatriación de capitales, el contrabando, las operaciones externas de la delincuencia organizada y el lavado de dinero.
Llama la atención que el menor crecimiento económico se produjo en circunstancias en que la inversión privada y la inversión bruta fija aumentó su participación en el producto con un record histórico en 2013, sólo superados por los niveles totales observados en 1981-1982 y 1957. Estos niveles records de la inversión privada se produjeron precisamente cuando los grupos de poder económico y mediático señalaron que el gobierno realizó una serie de acciones (mismas que detallaremos más adelante) que afectaron las expectativas empresariales. En 2013 la inversión bruta fija fue 27.3% del PBI respecto de 25.1% en 2010. De esta forma, el menor crecimiento no puede ser explicado por menores niveles de inversión, ya que estos aumentan en los últimos años como proporción del producto. Sólo en primer trimestre de 2014 hubo una ligera reducción en su participación respecto del PBI.
Sin embargo, debe señalarse que como resultado de la caída de los precios de las exportaciones de materias primas, la inversión extranjera directa y los créditos de largo plazo asociados se han reducido significativamente generando un menor crecimiento en la inversión privada en general. Por otra parte, como resultado de la mayor propensión a importar y la menor propensión a consumir se han reducido los encadenamientos e impactos de estas variables sobre la demanda y la producción. Entre 2010 y 2013 la propensión a importar ha pasado de 21.6% a 23.1% del PBI. Por este factor se perdió 1.3 y 1.5 puntos porcentuales del PBI en 2012 y 2013. La reconcentración del ingreso a favor del excedente de explotación en contra de la participación de las remuneraciones en el producto también ha contribuido a la desaceleración. Esta reduce la propensión a consumir promedio, el consumo privado y la demanda. Si se mantiene la participación a niveles de 2010, entre 2011 y 2013 se habría perdido potencial de crecimiento por 0.8, 1.3 y 1.2 puntos porcentuales del PBI respectivamente.
Placebos inútiles y peligrosos
A pesar de que la información estadística en diciembre de 2012 era clara en mostrar una fuerte caída en la demanda externa y por consiguiente de las exportaciones, los grupos de poder señalaron en coro que la desaceleración se debió a la pérdida de confianza empresarial que redundó en una caída de la inversión privada. La equivocada iniciativa del Ejecutivo de rescatar a REPSOL, la norma sobre la comida saludable y otras excusas menores, fueron los pretextos para acorralar al gobierno que entró a su juego. Las encuestas empresariales del BCRP y otras privadas fueron útiles después para confirmar estos argumentos falaces.
A partir de ahí se implantaron todo un conjunto de medidas para dizque facilitar la inversión privada, sin cambio alguno que acompañara una razonable simplificación de trámites. Se pudo reemplazar menos tiempo para los trámites por más recursos presupuestales, técnicos y humanos, pero no se hizo. Se redujeron los plazos y procesos para los análisis ambientales y los procedimientos para la certificación de ausencia de restos arqueológicos que fueron sus principales blancos. También se asignó nuevas funciones a INDECOPI para sancionar funcionarios públicos que retrasaran las decisiones del sector privado, distrayéndolo de sus funciones principales y se aprobó, entre otras, una nueva ley de expropiaciones a todas luces anticonstitucional que añadió causales por encima de lo anotado en la Carta Magna, consideró como beneficiarios a la APPs, otorgó 69 declaraciones a proyectos específicos sin mayor análisis y vulneró el derecho a la defensa de las personas afectadas. Mientras tanto, a pesar de todo esto, la economía continuó desacelerándose.
En 2014 la tramitología medio ambiental, el ordenamiento territorial y la zonificación económica-ecológica, todos los organismos reguladores sectoriales incluido INDECOPI, OEFA y SUNAFIL son los principales enemigos de la inversión privada. En cuanto a los reguladores, en algunos casos se reduce a la mitad la magnitud de sus multas, en otros se dispone que orienten a los infractores en lugar de sancionarlos y para todos se eliminan los ingresos por multas como ingresos propios, eliminando los incentivos a fiscalizar. También se elimina la capitalización de los intereses a las personas naturales y jurídicas con deudas tributarias entre 1998 y 2005, negándose el gobierno a informar quienes serían los beneficiados con el nuevo régimen. Se otorga estabilidad tributaria entre 12 a 15 años a nuevos proyectos extractivos grandes y medianos, entre otras normas. Ya han anunciado que van por más, ya que pretenden flexibilizar la ley de seguridad en el trabajo para reducir los “sobrecostos laborales”. Asimismo, disminuir las atribuciones de las municipalidades para promover la instalación masiva de antenas de recepción-envió de señales para celulares. No tienen límite, lo quieren todo para ellos y menos Estado para todos.

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