EL DURO OFICIO DE ESCRIBIR ¡LOS BUITRES ACECHAN!
Cada día muchos periodistas son denunciados, perseguidos y asesinados por gobernantes corruptos en el país. Los mafiosos no toleran críticas ni investigación de sus andanzas. Aquí en la región estamos advertidos quienes nos atrevemos criticar a Javier Alvarado y su gerente general Luis Fernández Estrella: sujetos con graves indicios de peculado y malversación en Cañete y Huacho.
Advertimos que estamos siendo perseguidos y amenazados, y nos quieren silenciar y apresar con la policía judicial sin un proceso adecuado por las demandas pendientes que tenemos con los corruptos Javier Alvarado y Fernández Estrella. Hace algunos días un sujeto se le acerco a un miembro del Colectivo Anticorrupción para decirle ¡señora no se meta si no quieres tener problemas! En nuestras reuniones públicas hemos detectado sujetos desconocidos grabando, tomando fotos. Nuestros celulares están intervenidos y nuestros correos jaqueados por la mafia que maneja millones de soles para silenciar y apresar a sus opositores. Quieren el camino libre para continuar con sus fechorías, nosotros somos una piedra en el zapato de la mafia.
El domicilio de la doctora Lita Román esta vigilada por personas sospechosas con armas listos para actuar. Igual Rogger Taboada tiene constante persecución por la policía judicial con un sujeto que tiene el seudónimo de “Huaracha” quien mantiene una coordinación permanente con el Gerente General del Gobierno Regional de Lima Luis Fernández Estrella. Motivo por el cual los miembros del Colectivo Anticorrupción de la región estaremos solicitando garantías para nuestras vidas a la gobernación regional, porque las amenazas y persecución es latente, ahora mucho más que la región Lima pasa por su peor momento de inseguridad ciudadana.
Cuando los cabecillas de la mafia denuncian a los miembros del Colectivo Anticorrupción de la región Lima, ellos son los primeros de estar en las citaciones y audiencias judiciales, pero cuando el Presidente Regional Javier Alvarado es citado por fiscales, jueces y la Comisión de Presupuesto del Congreso de la República para que rinda cuentas, simplemente no asiste el inculpado. Yo digo que espera el Poder Judicial y el Congreso Nacional para llevarlo a declarar con grado o fuerza ¿Qué corona tiene Javier Alvarado para pasearse libremente por los pasillos de la Televisión Nacional y RPP, cuando tiene cuentas pendientes que rendir por robo y asociación ilícita para delinquir en Lunahuaná de cañete?
¿Qué sociedad tendríamos si desaparecieran los medios de comunicación? Los corruptos y dueños del poder harían de la administración pública su negocio mucho más redondo. Ahora mismo, contando con medios que fiscalizan a los gobernantes podridos, pretenden silenciar la crítica, que es la esencia fundamental del ciudadano pensante, el que deja de pensar deja de existir. Sin crítica, no hay perfeccionamiento y modernización en la administración pública. La democracia es como la bicicleta que hay que pedalearla todos los días si no se nos cae al barranco.
Sin medios de comunicación estaríamos condenados a vivir en la oscuridad y la mordaza, no en la sociedad de la información y el conocimiento. El periodismo fue concebido desde sus orígenes como canal de la libertad de expresión contra los abusos del poder político y económico. Pero comprobamos, que aún quedan muchos malinches en el poder con ganas de cercenar la libertad de expresión y la crítica frontal contra la corrupción.
Los medios de comunicación han sido durante largos decenios un recurso de los ciudadanos contra el abuso del poder. Mucho más frecuentemente, por supuesto, en los gobiernos autoritarios y dictatoriales donde el poder político es promotor de todas las violaciones y todas las censuras. La pregunta es: ¿Cómo reaccionar? ¿Cómo defenderse? ¿Cómo resistir a la ofensiva de algunos atorrantes comunicadores, que de alguna manera, han traicionado los principios de la libertad de expresión y se han puesto al lado de los poderosos?
Durante largo tiempo se habló del “cuarto poder”. Ese “cuarto poder” tenía vigencia, en definitiva, gracias al sentido cívico de los medios de comunicación y al coraje de los periodistas, al servicio de los ciudadanos para criticar y rechazar decisiones inicuas, injustas y corruptas del poder político. Como se ha dicho a menudo, los periodistas eran “la voz de los sin voz”.
En esta nueva guerra por el poder, algunos medios de comunicación son utilizados como arma de combate. La información, debido a su explosión, su multiplicación, su sobreabundancia se encuentra contaminada, envenenada por todo tipo de mentiras, rumores, deformaciones, distorsiones y manipulaciones.
La libertad de los medios de comunicación, es extensión de la libertad de expresión, fundamento de la democracia, como tal, no puede ser parametrada. Pero al mismo tiempo el periodismo implica una responsabilidad social y, en consecuencia, su ejercicio debe estar bajo el control ético de sus gremios y de la sociedad.
Antes, el periodismo era una misión, no una carrera. Hoy son incontables los comunicadores buenos y malos, que practican el periodismo sin estar completamente identificados con la profesión. El periodista de hoy es un profesional “todo terreno”, está apto para cumplir cualquier tarea que le brinde el mercado global.
El descubrimiento del valor mercantil de la información desencadenó la afluencia de los grandes capitales hacia los medios. Esos románticos soñadores en busca de la verdad que antes dirigían los medios, han sido reemplazados por hombres de marketing en la política y en los negocios en la región y en el país.
Hoy una noticia, una línea editorial para salvar del cadalso mediático a un gobernante en crisis tiene precio. Desde que se la considera una mercancía, la información ha dejado de estar sometida a los tradicionales criterios de veracidad y precisión. Cualquier nota sin confirmar se lanza al conocimiento de la opinión pública. Cada día se empapan de mentiras y de sangres las páginas de los diarios chichas. Queda poco espacio para los aportes y notas del desarrollo para la provincia y la región.
Ser periodista en el Perú es difícil, porque la clase dominante no aceptan el control ni la fiscalización, aunque cada día la gestión local y regional este al borde del abismo. Uno de los derechos más preciados del ser humano es comunicar libremente su pensamiento. Ninguna ley puede estar por encima de la libertad de expresión para exigir buen gobierno y lucha contra la corrupción, mucho más, en estos días que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), nos pide socializar y sensibilizar por todos los medios la lucha contra los corruptos de la región. ¡Feliz Día del Trabajo!
Escribe: Néstor Roque Solís (*)-HUACHO 01 DE MAYO DE 2013
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